miércoles, 29 de marzo de 2017

Roma

Los orígenes de Roma:

El Estado romano se desarrolló a partir de la fundación de la ciudad
de Roma en el siglo VIII a.C. por los etruscos a orillas del río Tíber,
en la región italiana del Lacio. Tras largas y continuas guerras
de conquista, Roma abarcó todo el espacio helenístico, y llegó hasta
los límites del río Rhin y del Danubio, en Europa. Asimismo,
los romanos dominaron todo el espacio del mar Mediterráneo,
al que llamaron Mare Nostrum.

Los romanos tuvieron tres sistemas sucesivos de gobierno:
la monarquía, la república y el imperio. La cultura romana se asentó
sobre los modelos griegos, pero desarrolló importantes logros
propios, entre ellos la instauración del latín como lengua universal.

La Monarquía romana: organización política:

La Monarquía romana duró aproximadamente 250 años. Durante
este período existieron tres importantes organizaciones políticas:

• El rey: Tenía funciones administrativas, militares, judiciales
y religiosas. El cargo no era hereditario y las demás instituciones
limitaban su poder.

• El Senado: Constituido por los jefes de cada una de las unidades
básicas de la sociedad romana durante la Monarquía, llamadas gens.
Elegía al rey y lo aconsejaba; lo componían trescientos miembros.

• La Asamblea: Encargada de declarar la guerra y de aceptar
o rechazar la designación de un nuevo rey.

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mapa del imperio romano

La Monarquía romana: organización social 

Cada genestaba formada por personas que se reconocían como 
descendientes de un antepasado común. Las gens se componían 
de varias familias, en las que la autoridad absoluta estaba en manos 
del pater familiae, término del que derivó la palabra patricio. Los 
principales grupos sociales eran los siguientes:

• Patricios: Constituían la clase aristocrática. Eran descendientes 
de las primeras gens. Eran los propietarios más ricos y tenían 
derechos políticos.

• Plebeyos: Clase social mayoritaria. Durante la monarquía 
los plebeyos no eran considerados ciudadanos y no podían 
participar en la vida política.

• Esclavos: Clase constituida, principalmente, por personas 
de los pueblos vencidos en las guerras. Eran obligados a laborar 
en las casas y propiedades de los patricios, en las construcciones, 
en las minas y en el campo. Contaban con diversos mecanismos 
que les permitían adquirir su libertad.

La República romana: organización política

El Senado era el órgano supremo del gobierno. En él se redactaban 
las leyes y se discutían los problemas relativos a la política exterior. 
Se crearon magistraturas, cargos temporales y electivos ejercidos 
por funcionarios cuyo trabajo era dirigir el Estado y administrar 
la ciudad. Los magistrados hacían carrera con el fin de ocupar un 
consulado. Para evitar el abuso de poder entre los magistrados existía 
la colegialidad, que permitía a los colegas vetarse entre ellos.

En las Asambleas o Comicios intervenían patricios y plebeyos. 
A través de ellas el pueblo participaba en la política romana. 
Su función principal era la de aprobar o rechazar las leyes que 
proponía el Senado. Los plebeyos fueron conquistando el derecho 
a ocupar magistraturas y pasaron a formar parte del Senado. Los 
magistrados estaban divididos en:

• Cónsules: Dirigían el Estado y comandaban el Ejército en épocas 
de guerra. Se elegían dos para un período de un año.

• Pretores: Administraban la justicia y eran elegidos por un año.

• Censores: Censaban a la población para distribuirla según su 
riqueza; velaban por el cumplimiento de las buenas costumbres. 
Se elegían dos censores para un período de dieciocho meses.

• Cuestores: Administraban la Hacienda Pública, llevaban 
la contabilidad y los gastos del Tesoro. Eran elegidos por un año.

• Tribunos de la plebe: Representaban a los plebeyos en el Senado. 
Eran elegidos por un año.

• Ediles: Eran responsables del mantenimiento de las vías 
de comunicación y los monumentos. Eran elegidos por un año.

La República romana: organización social:

Durante este período hubo grandes enfrentamientos entre patricios 
y plebeyos. Después de largas luchas, estos últimos obtuvieron 
el derecho de ser elegidos cónsules, e incluso, senadores.

Tras cien años de cambios, en Roma surgió una nueva nobleza 
producto del matrimonio entre patricios y plebeyos. Esta alianza 
controló el Senado hacia finales del siglo IV a.C.

El resto de la plebe, si bien tenía los mismos derechos civiles 
y políticos que el grupo senatorial, vivía en la pobreza y no tenía 
la fuerza necesaria para hacerse escuchar. Roma nunca llegó a ser 
una democracia en el sentido moderno, puesto que la mayoría 
no elegía a sus gobernantes.

El surgimiento del Imperio:

Ante el crecimiento de Roma, las instituciones fueron insuficientes 
para hacer cumplir las leyes. A partir de entonces, la República 
comenzó a derrumbarse y dio paso al Imperio.

Roma era la capital de un amplísimo territorio que abarcaba todo 
el Mediterráneo. Este Imperio constituía una unidad política, 
económica y jurídica muy fuerte y con una misma lengua.

Julio César fue el primer emperador romano; se erigió, además, 
como dictador hasta el año 44 a.C. Después de su muerte llegó 
a Roma su sobrino Octavio, quien reorganizó el Estado y asumió 
todo el poder. Al considerar cumplida su misión renunció ante 
el Senado, que lo ratificó y le concedió el título de Augusto.

Durante el reinado de Octavio Augusto se anexaron nuevos 
territorios a Roma, con lo cual se estabilizó y tomó forma un 
imperio que se extendió por toda la cuenca del Mediterráneo, 
Europa occidental y central, hasta los ríos Rhin y Danubio. En el 
Cercano Oriente abarcaba Asia Menor, Siria y Egipto, y en el Lejano 
Oriente comprendía algunos Estados que se mantuvieron como 
reinos aliados. Posteriormente, muchos de ellos fueron organizados 
como provincias.

El gobierno del Imperio:

Octavio Augusto fue sin duda el más grande gobernante de toda 
la historia de Roma. En política exterior, organizó un poderoso sistema 
defensivo para proteger el Imperio de las invasiones de los bárbaros. En 
cuanto a la política interior, abarcó todos los aspectos de la vida romana: 
reorganizó el sistema administrativo, saneó el manejo de los dineros 
del Estado e hizo una profunda reforma en las leyes y en el modo 
de aplicar la justicia.

A partir de Augusto, Roma fue gobernada a lo largo de dos siglos por tres 
dinastías:

• Julio-Claudiana: Se inició con Octavio Augusto. Fue una época de paz 
y prosperidad en la que Roma experimentó un importante desarrollo 
económico y artístico. Esta dinastía, que representaba la alta aristocracia 
romana, reprimió todo intento de oposición.

• Flavia: Los monarcas se distinguieron como administradores 
y constructores. Otorgaron derecho de ciudadanía a los habitantes de las 
provincias. Además, consolidaron las fronteras por medio de campamentos 
militares.

• Antonina: En este período el Imperio disfrutó la estabilidad política 
y alcanzó su mayor extensión en manos de Trajano, quien dominó 
totalmente el Cercano Oriente hasta el Éufrates.

En el año 192 d.C., después de la dinastía de los Antoninos, se inició 
la decadencia del Imperio romano. Los extranjeros, llamados “bárbaros” 
por los romanos, lo atacaron desde el Rhin y el Danubio. Los visigodos 
y vándalos lograron entrar en Roma y la saquearon en los años 410 y 455, 
respectivamente. Finalmente, en 476 fue depuesto Rómulo Augústulo, último 
emperador romano de Occidente.

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